No me huele bien quedarse callado con algunas cosas.
Mi preocupación esta vez es la facultad de decidir.
En años anteriores debatí sobre la necesidad y el derecho de buscar la felicidad:
- Al ser una necesidad, entonces es inherente a la problemática de existir.
- Al ser un derecho, es una normativa, por ende debemos regirnos a esta.
No cabía en mi cabeza que el ser humano pudiera estar ajeno a esta búsqueda. De su búsqueda personal de la felicidad.
He aquí la problemática: Decidir por lo que quiero.
Definamos entonces, que lo que se quiere es: lograr la felicidad.
Compleja problematica, ya que por cada decisión que he de tomar, me acerco un poco a la felicidad... ¿o me alejo?
Lo que me perturba de sobremanera es la posibilidad de decidir por la infelicidad, o de otro modo, por lo que no quiero.
¡¿¡¿Como?!?!
Una vez leí por ahi: "soy cobarde por no tener las agallas de jugarmela por lo que quiero".
Claramente ahi se decidió por algo. Eso sí, exógeno a la persona misma, ya que al determinar que la decisión tomada de no jugarsela por lo que se quiere, definitivamente no se acerca a esa busqueda de la felicidad.
Entonces, aqui viene el reventón neuronal.
¿Como ejercer la libertad de decisión?
Por lo que entiendo es parte de la naturaleza humana y por ende potestad de la propia persona en que tiene el poder de tomar decisiones.
¿Redundante?
Parcialmente, ya que si bien tenemos como seres humanos este poder decisivo en nuestras vidas, debemos tomar decisiones, que a mi juicio, deben acercarme a lo que quiero... es decir, y dada la igualdad definida, a la felicidad.
El pavor que siento de todo esto, es que para el ser humano el ser privado de esta libertad de decidir tiende a una muerte natural del alma (leamos un poco de historia y veremos que sucede en muchos casos en las sociedades privadas de este elemento). Lo que me inquieta en particular de este pensamiento es la toma de decisión en determinar que lo que he decidido, no me acerca a mi felicidad... por ende me lleva a ............
Una persona sabia una vez me dijo: "Tony, no es lo que debes... es lo que quieres..."
Yo ya decidí... y quiero...
¿Tú?
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